lunes, 20 de junio de 2016

Como un patito feo...acoso escolar y violencia de género...


¡¡Hola artefiliáticos!!

Ni en vacaciones desconecto del blog.... bueno, con la entrada de hoy me he inspirado en el cuento del patito feo, que seguro que la mayoría de nosotros conocemos de que se trata. Probablemente, una gran parte de nosotros nos hemos sentido así, como fuera de lugar, que no encajamos en el lugar donde nos encontramos, nos sentimos discriminados, apartados, diferentes, en fin, sensaciones con diferentes connotaciones que no son agradables y cómodas precisamente, pero suelen estar a pie del día, llegando por desgracia a ser sensaciones rutinarias en nuestras vidas.


En contadas ocasiones nos hemos sentido tan fuera de lugar que hemos decidido aislarnos en nosotros mismos, refugiarnos en nuestra propia persona, debido a que creemos y pensamos que es la única que nos comprende, la única que no nos hará daño, pasando por alto que a veces, nosotros, los seres humanos nos convertimos en nuestros propios enemigos. A veces pensamos que la soledad es necesaria, y quizá lo sea, siempre y cuando no nos hunda más, siempre y cuando sea constructiva, productiva, abriendo un rincón y un intervalo de tiempo de reflexión respecto a las cosas que dependen de nosotros y de las que no dependen, un paréntesis, un "click" en nuestra vida para decirnos: "¡Oye!, las cosas no están funcionando bien, para, piensa y reflexiona que podemos hacer ahora respecto a esta situación que nos ahoga".


Quizá, algunos de nosotros conocemos casos de acoso, laboral, escolar etc, por desgracia hay de diferentes tipos presentando consecuencias realmente similares en terminología, pero en función de la persona la intensidad varía, me gustaría en esta entrada centrarme en el acoso/maltrato escolar porque es el que conozco y quizá en el que mejor me pueda defender a la hora de enfrentarme a esta entrada, que sí artefiliáticos, sigo teniendo las mismas sensaciones respecto al folio en blanco y la tapadera de la presentación de mi plato creativo.

Muchas de las personas que han y hemos padecido esta situación poco agradable y cómoda, nos hemos sentido pequeños, distintos, diferentes, en fin, fuera de lugar, intentando encajar una pieza de puzzle que no es propia de ese puzzle que estamos intentando montar. No sólo nos hemos sentido así en presencia de los estímulos que nos provocan respuestas de sufrimiento, dolor y miedo, si no también cuando estos estímulos no están presentes, no hablo de horas, si no quizá también de meses y años, un claro ejemplo sería el caso de una mujer maltratada físicamente por su marido (o al revés que también hay casos) y que la sentencia judicial de éste haya sido X tiempo en el centro penitenciario correspondiente, a pesar de ello, y de no estar presente el estímulo, la mujer sale por la calle con las mismas respuestas de miedo, huida, sufrimiento e inhibición que ante la presencia de su marido y quizá esa sea una de las peores consecuencias de dichas situaciones, quiero recordar que hablo desde la opinión personal, puede que esté equivocada en algunas cosas que digo.


Ante estas cosas, situaciones y emociones pasadas tendemos a revisar el pasado con tristeza, dando la espalda al presente y al futuro que está por venir, nos quedamos anclados en ese puerto pasado, donde ya hemos realizado nuestro cometido, donde ya ha acabado nuestra misión, no podemos hacer más nada porque hemos hecho todo lo que está en nuestras manos en ese instante pasado, no lo podemos cambiar, porque ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer en su momento, que es vivir esa experiencia, ahora nos toca actuar en las emociones y sentimientos que actualmente nos afloran debido a esas sensaciones, las dificultades actuales que presentamos y sentimos respecto a nuestro pasado, en eso si podemos actuar, en nosotros mismos, pero es algo difícil y complicado, sólo lo sabemos nosotros, la solución está en nosotros, pero no sabemos donde y como empezar a buscarla.


Ante estas complicaciones y dificultades encontradas, en algunas ocasiones muchas personas y quizá algunos de nosotros, hemos pensado en el abandono, la evasión, huir del problema, de nuestro pasado, pero caemos en el error que podemos conseguirlo, vive con nosotros, está inmerso en nosotros, y huir de nuestro pasado es huir de nosotros mismos ¿y qué es lo que está en nosotros?, la solución a dicho problema....


Es complicado como ya os he mencionado anteriormente, pero huir y lamentarse son billetes de tren y autobús que nos alejan de nuestro destino, es complicado el cambio de perspectiva, el alzar el pecho y los hombros mirando hacia el frente, hacia el presente con visión de futuro, es complicado cuando llevamos tiempo mirando hacia atrás, recordando nuestras heridas del maltrato y del acoso, mirando hacia atrás la mujer maltratada por si aparece su marido, el estímulo aversivo que le provoca una respuesta de huida, sufrimiento y miedo, o en algunos casos inhibición y bloqueo.


Es interesante y relevante compartir nuestras experiencias, nuestras emociones y nuestros miedos por más que cueste, no con cualquiera porque pueden llegar a ser situaciones realmente intimas, y hay cosas que cada uno de nosotros sabe que deben permanecer por ahora con nosotros mismos, nosotros conocemos las razones objetivas del motivo de que algunas situaciones si deben ser compartidas y otras no. Cuando conseguimos expulsar nuestro pasado, poco a poco, nos duele porque empezamos ya a ver el presente de frente, no le damos la espalda, los cambios a veces son dolorosos, pero a veces ese giro nos permite contemplar un paisaje realmente hermoso, no es lo mismo ver una puesta de sol de espaldas, que de frente, y esas sensaciones pueden llegar a ser generalizables en este tipo de perspectivas.


Nuestro sueño es encontrar nuestro lugar, sentirnos igual que el resto, no fuera de lugar, encajar, no sentirnos discriminados, pensamos que el sentirnos bien está relacionado con las personas que consideramos que son iguales a nosotros, en ocasiones, eso no es así, podemos sentirnos bien con las personas que nos han hecho sentir diferentes, que no encajábamos, todo porque nosotros mismos hemos conseguido el cambio de sentirnos igual a pesar de que el entorno sea diferente o por lo menos así lo pensamos nosotros.


Anhelamos una situación de armonía con nosotros, en el que los miedos, las emociones, los deseos vivan en convivencia, son diferentes, o por lo menos en la mayoría de las veces el deseo y el miedo son así, diferentes, a veces coinciden, pero pensemos que no, no son iguales, y sin embargo pueden llegar a convivir, porque lo que dependía de nosotros, lo hemos conseguido, una paz interna.


Y será entonces cuando hayamos conseguido nuestra paz interna cuando realmente consigamos ser diferentes y no nos duela, no nos sintamos fuera de lugar, si no que a pesar de ser así, encajamos con el resto, encajamos con nuestra vida, sintiendo emociones y sensaciones de armonía entre nuestro corazón y nuestro entorno.


Hasta luego avión del miedo

jueves, 16 de junio de 2016

Un soldado apellidado miedo



¡¡Hola artefiliáticos!!, hoy quiero hacer una entrada algo diferente, con alguna similitud que el resto pero con una connotación distinta bastante sencilla y simple. Quería compartir con vosotros que esta noche he tenido un sueño que me ha dado mucho que pensar... 
He soñado que todo un ejército venía a atacarme, iban bien armados, en una correcta formación, se les veía de lejos que se acercaban seguros, con una estrategia clara bajo el brazo, en su posesión tenían una gran multitud y variedad de armas, pequeñas, grandes, tierra, aire... 
Yo quería defenderme, quería atacar, la voluntad la tenía, no me importaba enfrentarme a todo el ejército que acudía hacia a mí, soy fuerte y nadie iba a venir a "achantarme", pero no sabía como, eso es lo que más me ha sorprendido, quería enfrentarme a algo que yo consideraba grande y que así a priori iba a poder conmigo, más vale morir de pie que arrodillado, prefiero morir por valiente que vivir por cobarde, pero no sabía, no tenía estrategia, no tenía técnica, no tenía recursos, en este caso armas, no sabía que hacer.... me bloqueé en el sueño, a la espera del ataque a pesar de que quisiera enfrentarme a todos ellos....


Fue entonces cuando aprendí y recapacité en que dicho ejército que quería atacarme de mil maneras y con una estrategia clara, reflejaba el simbolismo de mis miedos, quiero enfrentarme a pesar de que me duela el combate, pero no sé como hacerlo.


En mi caso y quizá en alguno de vosotros que esté pasando por una situación complicada, sentimos que estamos en una guerra constante, luchando contra alguien, contra una situación que nos daña, contra un miedo o quizá la típica guerra entre "corazón y cabeza", que la mayoría sabemos a que nos podemos referir. Sabemos que en una situación de guerra no hay vencedores o perdedores de manera absoluta, todos perdemos algo, todos padecemos, todos sufrimos, en mayor o menor medida pero eso es lo que nos ocurre....


Si que es cierto que cuando la guerra pasa, nos sentimos relajados, pero jamás como antes de la guerra, tenemos heridas, tenemos secuelas, habrá pasado la guerra sí, pero ahora nos enfrentamos a la más complicada de todas, la que el enemigo y el aliado es el mismo, nosotros mismos.


Siempre pensamos que el miedo viene a dañarnos, a atacarnos, nos sentimos en su punto de mira, en la línea de fuego y lo peor de todo que no sabemos donde escondernos, porque siempre nos encuentra, vive con nosotros, queremos combatir, pero a veces no sabemos donde se encuentra, no sabemos cuando va a salir, cuando nos va a atacar o a dar un aviso de que está cerca, que ojo, quizá el aviso no sea malo... quizá nos avisa para que cambiemos de dirección, porque al otro lado nos espera algo peor...


Con los miedos nos sentimos desbordados, atacados por todos lados, desde todos los ángulos, y de mil maneras, siempre imaginando y pensando que estos golpes, disparos van a ser realmente dolorosos, tanto que no sabemos si vamos a salir del combate, no sabemos si nos vamos a quedar ahí, solos, en soledad, mientras todo lo demás adquiere la misma tendencia que nosotros mismos, siempre tememos que el miedo nos pueda, porque lo interpretamos como un cruel combatiente enemigo


Lo peor de los miedos, es que nos bloquean de tal manera que aunque queramos "vigilar" y estar en "alerta", sabemos con certeza que aunque estemos en guardia y logremos identificar al enemigo, es decir el miedo, no sabemos que va a pasar, como debemos actuar, quizá sólo mirar, observar, aprender de los movimientos de éste, de su táctica, técnica, hacia donde va, de donde viene, para lograr datos relevantes que en otro encuentro nos permitan empezar y comenzar a realizar alguna estrategia que nos otorgue la posibilidad de avanzar, aunque sea mínima, pero será bienvenida.


Las guerras, las batallas, los combates contra los miedos siempre suelen venir acompañados de cansancio, agotamiento, de sensaciones mínimas de fuerza y valentía, que aunque queramos seguir luchando, enfrentarnos al enemigo, no podemos.... nos bloqueamos, necesitamos parar, descansar, y suplicar que en estos momentos no aparezca el enemigo, porque sabemos con certeza que poco podemos hacer y probablemente salgamos bastante afectados de esta batalla.
Que curioso, lo mismo que me ha pasado en mi sueño....


Siempre en las batallas que consideramos importantes nos afectan de una manera distinta, más dolora, más invasora en nuestras emociones, tanto que a veces empezamos a sentir sensaciones propias de la rendición, del abandono, pero a veces esas mismas sensaciones de abandono nos impulsen el día de mañana a combatir en la próxima batalla con mayor fuerza, inteligencia y voluntad, porque hemos cambiado la interpretación de dichos hechos de motivo de rendición a motivo de venganza.


Algunos de nosotros en este tipo de batallas sufrimos de manera desmesurada, padecemos, lloramos, nos sentimos realmente perdidos y rendidos, no podemos más, el miedo, el ejército nos puede, la guerra nos come, nos abruma, nos vence.... 
Quizá el problema, el error está en interpretar dicho ejército que nos viene de frente como un grupo, un equipo que viene a atacarnos, quizá no sea así...


.... quizá no sea así, debemos recordar siempre que son interpretaciones subjetivas, vemos el hecho y lo interpretamos como algo que nos va a atacar, quizá porque debido a nuestras experiencias previas siempre que hemos visto que un ejército, nuestra guerra se acerca, es para atacarnos y hacernos daño, pero quizá esta vez sólo venía a acogernos, a darnos la mano, a decirnos, estamos aquí para servirte, para defenderte, para protegerte


A veces los miedos nos dañan, pero otras aparecen para enseñarnos experiencias, facetas de la vida, perspectivas distintas ante éste, otras aparecen de tal manera para darnos un mensaje en cubierto de decir: "Sé que te hago daño, y quiero dejar de hacerlo, por eso aparezco, quiero irme, no quiero seguir luchando, no quiero seguir en guerra contigo, por eso aparezco para que me quites de tu vida ya, necesito que hagas algo, yo estoy en base  las ordenes de tus emociones, ellas me piden que te ataque o por lo menos así lo interpretas, no quiero hacerlo, debo hacerlo porque son ordenes, pero te pido de manera en cubierta que pares esta guerra entre nosotros, necesito que tú hagas algo porque yo no puedo, estoy sujeto a ordenes y debo cumplirlas"


Es díficil, pero el miedo a veces, no es nuestro enemigo, es un aliado que al inicio nos ataca porque está sujeto a ordenes, pero en el fondo nos alienta, nos da recursos, opciones, alternativas de combate, nos enseña, nos hace más expertos en esto, pero debemos aprender a escucharle, no juzgarle, no rechazarle, no atacarle, dejar que entre, abrazarle, y decirle el por qué aparece, que nos quiere decir, que lo haga, lo haremos y será entonces cuando éste se vaya, cuando la guerra acabe


Cuando empecemos a escuchar a nuestro miedo, veremos que éste es igual de inocente que un niño, él también se equivoca, nos ha atacado pensando que íbamos en contra de él y quizá era cierto, él también sufre por la guerra, también siente dolor, al fin y al cabo nos atacamos, él y nosotros, nosotros y él, de tal manera y con tal intensidad que las dos partes sufrimos, por ello nos pedimos de manera en cubierta, con símbolos, con sueños que eso cambie, porque terminaremos muriendo los dos al final de la guerra




Hasta luego avión del miedo









miércoles, 15 de junio de 2016

La transformación de la oruga en mariposa.....



¡¡¡Hola artefiliáticos!!!

Hacia tiempo que no realizaba uno de mis posts de reflexión, pero ya estoy por aquí de nuevo, me gusta mucho el reflexionar, el expresarme utilizando metáforas y si son posibles imágenes que denotan una connotación de fantasía, mejor aún, quizá sea por mi disfraz de niña.
Me estoy yendo por las ramas.... ¡Que raro!, bueno artefiliáticos, como todos sabemos, la mariposa fue antes una pequeña oruga, que si nos centramos en el aspecto físico, en su pasado fue algo menos bello que en la actualidad, algo que algunas personas probablemente no se hubiesen acercado ni mirarían con cierta connotación de: "¡Que cosa más bonita!", hubiese creado cierto rechazo, cierto miedo a su anterior vida, que curioso....como un patito feo vaya....

Me parece un fenómeno de la naturaleza bastante curioso, no solo por el cambio y el crecimiento de dicho ser, que también, si no que si lo analizamos bien, podemos emplear dicha situación como método terapéutico, es decir, cuando peor nos sentimos, cuando más nos rechazamos a nosotros mismos, porque consideramos que somos personas horribles que no merecemos nada, que hay personas que pueden volar, que son libres de cadenas, de ataduras y demás, llega un día que todo eso cambia, cambiamos nosotros, cambiamos nuestra forma de vernos a nosotros mismos, nos vemos bellos, hermosos, no nos rechazamos, buscamos a otras personas, pasamos por al lado de otros seres, ya no nos mantenemos apartados por miedo a que nos aplasten o nos hagan daño, nos sentíamos indefensos....


En ese instante, deseamos salir de nuestro escondite, de nuestro rinconcito, de nuestra zona de protección, nos sentimos fuertes, liberados, con ganas de cualquier cosa, de relacionarnos, pasamos por al lado de otra gente sin miedo, ya no las vemos igual, ya no las vemos como algo que nos pueda aplastar o encerrar en una caja de zapatos sin ver la luz del Sol, ahora tenemos alas, y ¡menudas alas!, llenas de colores, de magia, tenemos un aspecto increíble, bello, hermoso, precioso y queremos mostrarlo, queremos disfrutarlo, llevamos mucho tiempo siendo orugas anhelando las alas del resto...


En ese instante, queremos ir por nuestros sueños, ya vamos sin miedos, podemos ir acompañados, solos, pero vamos hacia adelante que es lo importante, no andamos, volamos y grandes distancias, antes, siendo orugas era imposible llevar a cabo dichas distancias de la misma manera, siempre deseábamos lo del resto, nos centrábamos en los demás, deseando algo de los demás, cuando no nos percatábamos que dichos deseos los teníamos nosotros mismos ya, escondidos en algún rincón, y que era cuestión de tiempo que disfrutásemos de dichos deseos y anhelos.


En muchas ocasiones, retomaremos hacia nuestro rinconcito, nuestro lugar de origen, por circunstancias de la vida, aunque nos sintamos fuertes, tampoco debemos olvidar que somos unos seres débiles, tenemos alas sí, pero son fáciles de romper, aunque volemos, debemos hacerlo con cabeza, cautela, que no es lo mismo que ir con miedos patológicos, desmesurados, que evitan nuestro vuelo o simplemente retrasan nuestra transformación de oruga a mariposa, y ahí artefiliáticos, estamos ante un estancamiento existencial que dándonos cuenta o no, nos hace daño. 
No debemos olvidar, que aunque volvamos a dicha zona de protección, de descanso, no volvemos de la misma forma, no volvemos como oruga de nuevo, o por lo menos eso debemos de evitar, volvemos como mariposas, pudiendo retomar el vuelo cuando nosotros queramos y decidamos hacer.... y eso artefiliáticos aunque retrocedas, no vuelves de la misma manera, no vuelves en el punto 0, si no en el punto 10.


Probablemente, una de las razones de retomar de nuevo el vuelo sea nuestros sueños, alguna meta que queramos conseguir, algún deseo, alguna cosa que requiera de nuestro vuelo para ser alcanzado/a, siendo orugas probablemente tardemos muchísimo en llegar, o directamente jamás lleguemos.... pero las alas siempre nos facilitan el camino, nos impulsan, nos alientan, nos elevan del suelo... aquel suelo que solamente refleja miedos, temores, dolor y sufrimiento, obteniendo de esta manera un anclaje en un mundo totalmente incompatible al de nuestros sueños, y en eso no miento, es una realidad que debemos asumir.... 


Una vez hayamos tenido el valor de retomar el vuelo, de vestirnos de coraje, de ganas, de lucha, nos sentiremos realizados, en ese momento entenderemos la necesidad de nuestro cambio de oruga a mariposa, quizá, probablemente previamente a la transformación no veíamos dicha necesidad, no entendíamos los motivos, quizá nos sentíamos bien siendo orugas, lo llevábamos bien,quizá no veíamos el peligro, quizá no sufríamos porque sabíamos camuflarnos entre las hojas, pasando desapercibidos, instinto de supervivencia... esa era nuestra meta, protegernos, que no nos hicieran daño, que no nos matasen (emocionalmente hablando....), pero... ¿dónde queda la meta de volar para conseguir nuestros sueños?, ahí está la razón, el motivo, la creación de necesidad de la transformación interna de cada uno de nosotros....


En ese instante querremos dirigirnos a nuestros sueños, pero debemos saber que las mariposas como he mencionado anteriormente, son frágiles, tienen rasgos frágiles, fácilmente rompibles, y probablemente algunos de nuestros sueños demanden más que unas alas de mariposa, demanden más coraje, más perseverancia, mayor fuerza, mayor fortaleza... será entonces cuando debemos realizar una transformación mayor, una transformación más drástica....


Debemos dejar atrás la fragilidad de la mariposa, pero jamás olvidando su dulzura y ternura que refleja con el simple movimiento de sus alas, pero debemos endurecer nuestra piel, pintándola de fuerza, coraje, valentía y dureza por conseguir nuestros sueños a pesar de las adversidades, que aunque nos dañen, las consecuencias del golpe serán menores que siendo simples mariposas revoloteando por lugares no exigentes....


Mi último consejo antes de despedirme de vosotros es el siguiente: "Lucha por tus sueños desde la piel y el coraje de un dragón, pero no olvides la dulzura y la ternura de tus alas de mariposa, de donde vienes y de donde provienes... mira atrás con satisfacción, vienes siendo una simple oruga y te has convertido en un dragón, ha costado, pero no has permanecido en tu estancamiento existencial...."


Hasta luego avión del miedo

domingo, 5 de junio de 2016

Dilema, permanecer o no encadenado/a




¡¡¡Hola artefiliáticos!!!

¿Cómo os va todo?, espero que bien, aquí seguimos un día más caminando en nuestra batalla que es la vida... ¿cuántas veces nos hemos sentido enjaulados?, muchas ¿verdad?, y no sólo eso, ¿cuántas enjaulados y a la vez fuera de la jaula otra o un ambiente de soledad, o por lo menos esa es nuestra interpretación de nuestra situación más profunda, reflejando quizá ciertos conflictos internos.


Y ¿Cuántas de esas veces nos hemos puesto una máscara para expresar lo menos posible?, supongo que la respuesta irá en función de las preguntas previas, o quizá no, cualquier persona es un mundo, y eso debemos respetarlo y convivir con ello.


Seguramente uno de los objetivos de nuestra máscara sea esconder nuestras expresiones de cansancio, agotamiento, lucha, dolor y sufrimiento por aquello por lo que estamos batallando, luchando siempre a pie de cañón, acompañándonos nuestro compañero de viaje que es el estrés, aquel compañero que nos agota, nos cansa, nos demanda nuestras mayores fuerzas mentales, pero también nos recuerda que necesita descanso, necesita una actuación nuestra para combatir su condición actual, aquel instante, hecho o momento que le abruma, que le debilita, y nos pide un momento de relajación, de paz, de instropección con nosotros mismos, nunca debemos olvidar que somos compañeros y para salir victoriosos de esta batalla o guerra debemos luchar de la mano, otorgándonos apoyo, y lo que un día le falte a uno, brindarle el otro aquello que le falta y viceversa, por ello, si nos pide: "¡¡STOP!!, para, no vayas más por ahí, para, necesito descansar para seguir", debemos dárselo a él y a nosotros mismos....


Probablemente no sólo nos hemos sentido encadenados por nuestras preocupaciones o incluso por nosotros mismos, si no también arrastrados por una fuerza mayor externa a nosotros, que a veces siendo de un tamaño menor que el nuestro nos puede, nos arrastra, nos derrota, nos deja en "game over", y todo por el cansancio acumulado, por no hacer caso a nuestro compañero de guerra, a nuestro estrés que cuando nos decía: "Para, descansa, esas fuerzas las necesitarás para después", nos ocurre esto, que ante una fuerza mínima, no conseguimos combatirla.

                ¿De verdad piensas que el estrés es el enemigo? ¿O eres tú mismo quien ataca?


Retomando el tema anterior, en muchas ocasiones nos hemos sentido combatientes de guerra, sintiendo y pensando que actuábamos solos en dicha situación, pero a veces, nosotros nos hemos convertido en el barco que arrastra a personas que nos quieren, que están unidos a nosotros, nunca estamos solos, el mundo no ha ido evolucionando por una cosa sola, si no por multitud de factores que han ido relacionándose, nosotros somos factores de este mundo, está bien luchar por aquello que nos importa, una meta, nuestro bienestar, lo que sea artefiliáticos, pero debemos tener presente que en la guerra a veces no todo vale, debemos tener presentes a quienes tenemos detrás, que factores dependen de nosotros, y evitar que éstos sufran consecuencias que nosotros mismos provocaremos.


Muchas veces, tras dichas consecuencias creadas por nosotros mismos hacia los demás, provocan a su vez consecuencias hacia nuestra propia persona, aumentando así nuestro cansancio y volvemos a recuperar nuestra máscara aun a sabiendas que ese gesto no soluciona nada, solo tapa, cubre, pero nuestro cansancio va por dentro, si usamos la máscara como un período temporal de descanso, quizá no es del todo incorrecto, aunque debemos tener presente que cada uno es un mundo, pero el problema surge cuando empleamos dicha máscara como método de "solución" de nuestros problemas, sin saber que estamos cargándonos con otro error y por consiguiente de más cansancio....


Es justo en ese instante cuando sentimos la gran necesidad de encontrarnos a nosotros mismos, quitarnos la máscara pero pedir a gritos que no haya nadie alrededor para presenciar nuestros gestos de agotamiento, de no poder más, pero es entonces cuando sin esperarlo puede aparecer algo o alguien que te va demostrando que no está mal ir mostrando nuestras preocupaciones poco a poco, conforme nos vayamos sintiendo preparados, debemos recordar que hemos llevado mucho tiempo callados o gritando en silencio, y ese tiempo debemos ir recuperándolo poco a poco, lo que no hablamos en su momento, debemos hacerlo ahora, con calma, despacio, correr nos agotaría también.


Y será entonces cuando poco a poco iremos abriendo la puerta de nuestra jaula....


.... y rompiendo nuestras cadenas....

La cosa no queda aquí artefiliáticos, me encantaría daros un consejo, algo que me encantaría compartir con cada uno de vosotros, prueba un día el hacer una obra con arcilla, no es necesario que sea algo muy elaborado, con algo abstracto es suficiente, algo que refleje tu preocupación actual, la que te está atando y encerrando, déjala en un lugar, el que tú quieras y ves observando lo que pasa día a día, ten paciencia.... pero ves fijándote en los detalles, que eso que le está pasando a tu obra artística es lo que le estará pasando a tu preocupación....

Ahora sí que sí....


Hasta luego avión del miedo.

sábado, 4 de junio de 2016

El arte de cualquier actividad....





¡¡¡Hola artefiliáticos!!!

Quisiera comenzar esta entrada con una pequeña reflexión, mejor aún, una sencilla cuestión hacia vosotros, ¿pensáis que cualquier actividad (como se dice en el título), puede llegar a ser artística?, no soy experta en el tema, supongo que tampoco será la ley de "todo vale", pero hoy por hoy, y teniendo en cuenta la definición que os enuncio a continuación, he estado sumergida en muchas actividades que para mí han sido artísticas, como muy bien habéis podido observar a lo largo de mis posts....


Para mí, personalmente la realización de este blog está siendo un arte, me permite construir posts, y sobretodo comunicaros parte de mis experiencias, que debo reconocer que tengo mis secretos como todo el mundo.... pero me siento bien conmigo misma haciéndolo, disfrutando de ello, es terapéutico, para mí lo es, me permite expresar mis emociones, mis miedos y preocupaciones de una manera encubierta que sí, me protege, así lo siento.
Poco a poco voy evolucionando como persona, me voy sintiendo cada vez mejor conmigo misma, aunque a su vez crezcan los miedos... es contradictorio y un tanto ambiguo cierto... pero no voy a mentiros conforme me siento en estos momentos vitales.


Dicha definición me hizo reflexionar y me vino a la mente una actividad bastante rutinaria para alguno de nosotros: "montar en bici", a mi me permite desconectar de mi mundo que tanto deseo escapar, me permite conectar conmigo misma, fusionarme con la bici y olvidar lo demás, no hay nada más sólo yo y la bici, llegando a ser una sola cosa, también me produce un choque a mi persona, porque me lleno de recuerdos y todo por el hecho del aire rozando mi piel, que ya ves tú que tontería, pero ese roce.... esa caricia del aire... bueno.... quizá más que un recuerdo, se convierte en un deseo, evitar rechazar cierto contacto físico, sólo por haber sufrido en el pasado.


Para mí, una bicicleta, representa mi medio para llegar allá donde quiero llegar, es decir, mi meta, para ello cargo mi equipaje de las cosas que me puedan ayudar en mi trayecto, no obstaculizar, no hablo de cosas materiales o de provisiones básicas, hablo de sentimientos, emociones y pensamientos que me ayuden en el movimiento de mis piernas para avanzar. hablo de valores, de principios, de sueños y deseos, de personas que realmente quieran compartir conmigo mi viaje en bici, dispuestos a pedalear cuando yo misma no puedo hacerlo.


Me tocará parar en contadas ocasiones, pasaré por muchos pueblos, ciudades, villas e incluso en lugares donde no haya llegado nadie,  sí, quizá hablo de mis sentimientos y miedos más profundos que todavía desconozco, hasta hace unos pocos meses no conocía ciertas emociones inherentes a mi persona, hoy por hoy las conozco, me abruman y me asustan, pero también las adoro, porque hacen que sea la persona que soy ahora, soy fuerte y dura, pero también dulce y soy humana.


En muchas ocasiones iré acompañada en mi viaje, por personas que vayan por delante guiando mi camino, por detrás para protegerme o por los lados para acompañarme, llenando mi vida de color, de felicidad, de alegría y de satisfacción, en ese momento aunque mis piernas me duelen, mi fuerza latente despertará para seguir pedaleando, serán las personas que me ayuden a crecer como ser humano, no dándome todo hecho, pero si ofreciéndome las mejores provisiones para poder seguir hacia adelante, el amor que desprenden sus miradas y sus acciones.


A veces, sin saber la razón, el motivo o el por qué, pararé en el camino, por disfrutar de las pequeñas cosas que nos ofrece la vida, las flores llenas de vida, un momento de risa, un momento de alegría y tontería, para tener el suficiente tiempo para poder guardarlo en mi maleta de viaje, en forma de recuerdos para lograr dejar en el camino los recuerdos negativos, una cosa u otra, las dos no caben en el equipaje.


Habrán momentos que nuestro mundo se pinte de rosa, rosa pastel, haciendo alusión a la dulzura e inocencia, estaremos vulnerables, o por lo menos yo lo estaré, pero jamás me arrepentiré en ese mismo instante, me gusta ser niña, me gusta ser cariñosa, actualmente en pequeñas dosis por cosas que quiero reservarme, pero esos pequeños instantes que a mi me suponen un mundo, por miles de razones que conozco muy a mi pesar, estarán dentro de mi equipaje, para recordarme una de las razones por las que decidí ponerme a pedalear esa bici en concreto.


Como os he comentado anteriormente, en ocasiones iré acompañada, otras, necesitaré emprender mi camino y/o viaje en solitario, porque así me lo pide el cuerpo, porque así lo necesito yo, me encanta sentirme rodeada de personas que se con total seguridad que siempre las voy a tener a mi lado, pero la persona que realmente va a convivir siempre conmigo, soy yo misma y hoy por hoy no me encuentro, necesito reencontrarme con mi yo, hace meses dejé de conocerme a mi misma por motivos que prefiero reservarme, pero siempre miro hacia adelante y sé perfectamente que será un camino costoso, pero lo lograré y eso es lo único que me importa.


Recorreré lugares inimaginables, llenos de color, de vida, cada uno de nosotros tendrá en su mente lugares simbólicos donde le gustaría estar por sentirse bien consigo mismos, encontrarse con su yo más interno y disfrutar de ello, para algunos puede ser la naturaleza en sí, otros la playa, la montaña, para otros viajar por lugares exclusivos de nuestro mundo, para mí es recorrer el mundo más débil, más pobre, países que necesitan de la bondad más humana que actualmente está tan olvidada y hecha trizas, regalando las artes médicas, la medicina en sí, para abrazar, querer y amar mi identidad.


Cuando eso ocurra, mi medio de transporte habrá hecho su papel fundamental para ello, mi deseo, mis fuerzas, mis ganas, mi vocación, mis emociones inherentes a esa meta, mi sufrimiento pasado que me ha impulsado hacia adelante, recordándome: "Isa no vuelvas atrás,te espera esta emoción de nuevo, mira al frente, que cada pedaleo, es uno menos para llegar a tu real meta.

Seguramente miraré mi medio de transporte y lo haré con satisfacción quizá un poco de dolor por pasar todo lo que he tenido que pasar para llegar a mi destino, quizá me duelan mis piernas al bajar debido a la cantidad de kilómetros que he debido de hacer fusionada con mi bicicleta para conseguir llegar a mi lugar de destino (o de origen quien sabe....), estoy segura que las ruedas arderán por todo el esfuerzo que hemos empleado las dos, seguramente que habrá tenido rasguños mi bicicleta, es decir, mi bienestar emocional, pero se pueden reparar y seguir hacia adelante, porque he llegado a mi destino.



Hasta luego avión del miedo